Si me preguntaran por el amor a primera vista...
Hay quienes van por el mundo encasillados en los banales y efímeros problemas del día a día. Hay quienes han oído algo y hasta saben bien de qué trata, pero prefieren no correr riesgos acercándose demasiado. Estamos hablando de aquellos que les da igual lo que una vez fue, lo que pasó y llegó a marcar un hito; esos que no aprecian el aquí y el ahora y mucho menos le importa lo que será o podría haber sido.
No seas así. Busca un libro, cualquiera.
Dale la oportunidad a ese estructurado pero limitado número de páginas, permítele cobrar vida al peculiar lenguaje que contiene y déjalo entrar a tu mente dándole un significado, en parte propio, en parte trascendental. Captura cada palabra y saborea las ideas que intentan transmitir. Al observar con atención podrás ver que no se trata simplemente de otro mundo escondido entre los rincones de la vida, se trata de EL mundo hablándote en persona, y no como parte de un todo sino como el mismísimo ser que comprende el conocimiento.
El libro es un portal, entra a él, deja que su universo te envuelva y, una vez ahí, viaja. Eres libre ahora, libre para perderte por horas en lugares nunca antes imaginados, con seres extraños que te pueden resultaran increíblemente familiares.
Las mujeres no son tan diferentes. Si le das la oportunidad a una mujer de entrar a tu vida y llenarla de sus palabras, si encuentras en ella una temática interesante y una forma de narrar un tanto encantador, puede llegar a cautivarte en verdad.
Y si te atreves a ir más allá: a leer entre lineas, a ver lo que la autora no expresa concretamente y a inspeccionar sobre la historia detrás de la historia, en un parpadeo te puedes ver sumergido en su mundo, un mundo más complejo del que cualquier libro te pueda plantear. Una vez ahí corres el riesgo de encontrarte a ti mismo reflejado en su majestuosa existencia. Corres el riesgo de desear con desesperación ser aquello que siempre quisiste ser, ese sujeto que ves ahí reflejado, y no porque quieras complacerla, en lo absoluto, se trata de ti mismo, de tus sueños encarnados en la mente de otra persona, de la concordancia entre ambos ideales, la conexión perfecta entre dos mentes.
De ninguna manera creería en el amor a primera vista, es imposible que algo tan profundo y enigmático como el amor pueda encontrarse en un simple cruce de miradas; existen las coincidencias, claro, pero solo sería eso, una coincidencia. A simple vista no se sabe nada de nada, a simple vista solo hay una cara bonita que bien podría ser la tierra de la perfección como podría ser pura fachada de la nada.
El amor es caer en cuenta de lo hermoso que es ese universo que oculta la persona que creíamos conocer, el amor es comprender que esa persona no es otra más que coincidió en nuestro camino, otra más con la que nos podremos divertir un buen rato, se trata de entender que esa persona es LA persona que tarde o temprano debía llegar para hacer de nuestra vacía existencia algo más.
No te sorprendas si al conocer bien a esa persona llegas a sentir como si ya la hubieras conocido antes, porque el amor va más allá de la vida y la muerte y las leyes que rigen el universo, así que cuando esa persona llegue a tu vida más que una llegado será un reencuentro; así es, ya se habían conocido antes, mucho antes, en distintas épocas y en distintos lugares, una y otra vez en un magnífico círculo irrompible, enlazado por las mismas almas que ocupan esos cuerpos que desde el origen de los tiempos se hallaban conectadas.
Eso es amor. Más complejo que cualquier libro o cualquier historia que en él se halle escrita, pero tan simple como nuestra capacidad de ser y de pensar nos permiten comprender.